Te encontré entre la lluvia y la primavera, venías transparente, llena de luz. Dejando un haz de estrellas y flores. Nos reconocimos sin tocarnos, sin alas, sin océanos ni tormentas. Me quedé callado, en calma, esperando tu canto y tu silencio, tu tibio corazón, tu boca, tu cuerpo a la deriva en ésta noche oscura, en ésta noche llena de luz.
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