lunes, agosto 14, 2006

claro-oscuro

El sol ilumino tu rostro suavemente. las primeras horas de un día tibio y feliz. el viento entro por la ventana diciendo tu nombre calladamente. y entonces te ame un segundo, mientras el sol recorría tu cuerpo, mientras el viento suzurraba en tu oído.
Te espere hasta que cayó el crepúsculo, los pajaros viajaron al sur, la luz a penas rozaba tus caderas. y entonces la noche nos invadió poco a poco. se metió en tu lecho tiernamente, cerro tus párpados y te beso en la boca.