domingo, mayo 31, 2015

Cerca de Los cerezos y los aromos mi sombra quedó olvidada. Mientras caminaba bajo un sol ardiente sin agua y sin amor. Sólo la noche logró cobijar mi Soledad, con sus frías e infinitas estrellas muertas.

Ven y calma el viento que surca los desiertos desolados, los muertos que buscan las aguas profundas y el sol. Ven y libera todas las aves del mundo  para que se lleven toda la tristeza con su canto. Ven y deja sentarme a tu lado para sentir la vida desde el infinito.
Sálvame de la oscuridad, de la profundidad del océano, de la luna y su ausencia. Sálvame de esta noche de locura, de este sol enceguesedor. Sólo cubreme con tu manto galáctico, con tu fuego consumidor, deja mi espíritu crucificado junto a tu eternidad.
Vengo desde el claro, cruzando los prados llenos de sol , de los bosques felices, de los pájaros embriagados de luz, para llegar hasta ti, tan llena de soledades, tan llena de lluvias, tan llena de olvidos, tan llena de ti.
Dónde me quede. Quizás esperando una brisa repentina o quizás esperando que tú vinieras con un susurro a calmar la noche. Donde deje mis zapatos olvidados, quizás perdidos en la arena o en un planeta desértico, quizás,  nunca los tuve.
Me quede mirándote mientras el sol pasaba detrás tuyo mil veces, hasta que el invierno te abrazo tiernamente con su manto blanco y tus pies fríos se metieron silenciosamente en mi cama.
El día se quedo enredado entre los árboles, mientras los pájaros caían exhaustos  pero felices.
Deja qué se escuche el viento como se enreda en los árboles viejos, en los oscuros pastizales, como se desliza entre tus piernas y tu boca, para  llegar a la penumbra de tu alma.
Deja qué se escuche el viento como se enreda en los árboles viejos, en los oscuros pastizales, como se desliza entre tus piernas y tu boca, para  llegar a la penumbra de tu alma.
Quédate un instante mientras una pálida luna nos envuelve en su tenue luz, mientras logro llegar a tus pies  fríos de tanta soledad, para tocar tu cuerpo lleno de estrellas y escurrirme en tu ombligo hasta llegar al infinito.

Ven

Ven esta noche luminosa, llena de planetas y ángeles. Ven a buscarme que he perdido el sendero que me llevaba a ti, casi ciego y moribundo escondido entre los cerros, escondido de los lobos hambrientos. Ven y cúbreme con tus alas y tus sueños, antes que la tormenta azote el planeta y los relámpagos dejen ver nuestra desnudes y nuestros pecados. Ven y acurrucame en el silencio devastador de la soledad.
Bajo tus ojos la sombra del universo, y miles de pájaros volando a niguna parte y tu esperando en calma entre  unos ángeles dormidos.
Me fui quedando sólo, antes de la lluvia, antes que mordieras mi boca en la oscuridad, antes que la muerte me quitara los zapatos.
Me quede detrás de la luna mirándote  solo mirándote, mientras unos pájaros cruzaban los planetas más oscuros, como tu alma a la deriva entre el infierno y el paraíso, como cuando caminas hacia el mar en la noche y te pierdes en su profundidad.