Un bosque lleno de espejos, un bosque lleno de lunas, un bosque lleno de oscuros pajaros errantes. Y yo sin poder encontrarte, ni con un millón de soles, ni con un millón de ángeles. Me pierdo en el bosque y a tientas sigo la huella de un caracol y de una luciérnaga extraviada. Mas allá el mar me espera, tan oscuro como tu ausencia, tan oscuro como un día sin Dios.