Bajo un cielo de tormentas y estrellas olvidadas, tus ojos apenas brillan. La tenue luz solo deja las viejas sombras y el aroma de las flores nocturnas, esas que nadie regala y solo Dios cuida.
Esta noche deje tu corazón abierto, para que respires profundamente y la lluvia haga sus ríos que nos lleven al mar. Esta noche tocaremos la vida plena, que besa la boca de la muerte, que aveces nos olvida, pero siempre regresa con un ramo de flores oscuras.
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