Llegó el sol girando entre tus pechos, tus ojos llenos de estrellas fugaces y la luna en tu ombligo se perdió. entonces el atardecer hizo mas tibios nuestros cuerpos y parecía que la eternidad era mas verdadera que nunca. una brisa se llevo nuestras tristezas y algunos sueños también y entonces nos dormimos profundamente, en esta noche llena de luz.
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