Despues del atardecer, despues de recorrer el bosque a tientas entre las sombras y el olvido regreso a casa. En la penumbre busco tu rostro, tus manos, tu aliento. Pero ya no estas, solo raices en las sabanas y algunos capullos de mariposas. La ultima lluvia dejo su aroma y la humedad de tu cuerpo impregnada en la habitacion. No hay huellas ni pisadas, solo destellos de un vuelo fragil y apresurado, lleno de crepusculo y soledad, lleno de ausencia y dolor.