Regreso

Regrese cuando la luna emergía entre tus caderas y tu pecho, cuando la noche bañaba tu cuerpo como el oscuro océano que se traga todas las estrellas perdidas, entonces me recordaste, poco a poco encontraste mis ojos, mis frías manos llenas de raíces y sombras. y pudimos mirarnos sin tocarnos, sin quemarnos, solo entendernos lentamente. hasta que la mañana nos hizo ciegos y vagabundos, la luz descubrió la soledad y la agonía, la eternidad quebrajada, el pecado de nuestros padres, la tristeza de Dios y sus ángeles perdidos.

olvido

Cae la lluvia y tus ojos siguen fijos mirando el techo.has llorado toda la noche mientras el océano canta en la oscuridad, y la vida no se ha detenido ni un segundo, ni los pajaros han dejado de volar.
Mis besos están en silencio junto a tu cama, mis manos dentro del velador, mi corazón quedo olvidado en la escalera, y mis alas mi amor, mis alas las dejastes caer en el acantilado.

tu casa

Entre los pasillos, las habitaciones vacías, tu figura recorría los mundos olvidados. con tu pelo largo y tus años me llevaste con el viento, para sentir la vida, con tus ojos cansados pero brillantes, risueños pero solitarios.
Tu casa te espera, tan silenciosa como siempre. las ciruelas han caído por todas partes, parecen estrellas en la oscuridad. pero el viento no te ha olvidado, ni los ángeles, ni tu madre. aveces recorro tu casa en las noches, cuanto estoy solo y triste. me siento con tu perro bajo el viejo damasco. miramos tus plantas, tus piedras y los pajaros de siempre que han regresado, para quedarse aquí, esperando la primavera, esperando que regreses, con tus alas extendidas.

eternidad

Como la lluvia que cae en tu cuerpo, como la nostalgia que dejan tus palabras, la vida queda enredada en la copa de los arboles. cuando la oscuridad baja sigilosa sin despertar a los pequeños, cuando cubre tu desnudes lentamente y me deja a la deriva entre la soledad y la lluvia, entonces recuerdo la eternidad, entonces escucho a los ángeles reír, entonces Dios pone una estrella en el firmamento.

Aveces

Aveces extraño tu boca, bajo los arboles escuche tu risa, también las abejas y tus sueños.

Aveces extraño tus manos, bajo los arboles las sentí en mi pecho, también el viento y la vida.

Aveces extraño tu alma, bajo los arboles escuche el silencio, también la soledad y la muerte.